Si al correo no te llega toda la entrada, pincha en este enlace para leerla entera.
Foto de Hester Qiang en Unsplash.
Para quien quiera participar, la palabra de esta quincena es biblioteca. El reto estará vigente durante hasta el viernes que viene, porque, al estar preparando el . Recuerdo que todos los viernes en Mil y Una Historias hay colaboraciones, aunque mayo ya está cubierto, para todo aquel que quiera mandar relatos de fantasía de su propia autoría. Y, por último, recuerdo que, desde el pasado domingo, ya está en marcha el proyecto de Diálogos sobre literatura, por si alguien quiere colaborar en futuros días y, sobre todo, por si alguien quiere proponer alguna obra (incluida la suya) para promocionarla en el podcast.
Y ahora comenzamos con los enlaces interesantes de esta semana, que van, como siempre, por orden alfabético.
1.- Charlie Marrez: escribió el pasado marzo una historia llamada “Juego de Tronos”: “El camino hacia el trono se me hace interminable, mucho más largo de lo que recordaba. Cada paso resuena en el silencio de la sala, como si el eco quisiera recordarme todo lo que he dejado atrás. Al acercarme, veo al rey erguido, intentando proyectar una dignidad que hace mucho tiempo perdió. Su rostro está surcado de dudas. No sabe cómo voy a reaccionar, aunque no busco guerra con nadie. Le sonrío, y eso basta para que dé un respingo”.
2.- Javier, de
escribe sobre El valor del silencio: “Hay quienes eligen hablar por hablar, como quien enciende la radio para no sentirse solo. Otros eligimos callar. Pero no es un silencio de pobreza, no es un silencio de quien no tiene nada que decir. Es un silencio digno, rebelde si se quiere, un silencio que nace de la decisión de no fingir. Porque mientras algunos se esmeran en rellenar los huecos con palabras al azar, otros preferimos dejar esos huecos abiertos a la reflexión, sinceros, honestos”.3.-
ha comenzado una nueva historia por capítulos titulada “La pequeña guerra de Margot”. Ha publicado el capítulo 1 y 2, pero vamos a empezar por el principio: “Margot se puso de pie y desenvainó su espada. Frente a ella un hombre rubio inspeccionaba una medalla. Era de estatura media, delgado y de abundante cabellera amarilla. Vestía un traje morado y andaba con un bastón que tenía un murciélago en la punta. El bastón era una formalidad porque el hombre rubio se paraba erguido y caminaba con gracia”.4.-
ha escrito una historia menos perturbadora que la anterior pero que merece la pena ser leída, “El bagual”: “Según le contó don Reinaldo a mi amigo, venía siguiendo el rastro de este bagual hace años. Este no era un bagual cualquiera, sino el mismo bagual que había traído la ruina de su familia. Don Reinaldo no quiso entrar en detalles. Se volvió callado y sombrío al hablar del tema. Cuando le había preguntado que le había pasado a su familia, tantos años atrás, solo respondió: el hambre”.5.-
deja por un día la promoción de su libro para escribir una historia curiosa, “Hoy juego a la ficción”: “Un suspiro de ballena escala por la garrafa de la máquina de agua, en el pasillo, y recuerdo que las carcasas con consciencia todavía tienen sed. Una vez soñé que estaba desnudo —sí, otra vez— y nadaba por el aire, este aire, por encima de sus cabezas. Muy despacio, entre varado y a la deriva. Les veía las pantallas a todos y la calva a Román. Luego les daba la espalda en unas brazadas lentas de crol y me cegaban los flexos de la oficina, hasta hacerme nadar en ese sol tibio y aislado del mundo”.6.-
continúa escribiendo su historia sobre Judas Iscariote por el capítulo XIV, pero aquí vamos leyendo por el capítulo IV: “El dolor era real e inaguantable, daba igual cuanto tiempo pasara, pero siempre dolía. El tejido de mi piel se empezó a unir lentamente, como una serpiente mudando, con un sonido crujiente y viscoso. No podía perder más tiempo, así que recorrí la pequeña morgue buscando mis pertenencias. Al fin encontré la bolsa transparente con mi traje mordido por las cuchillas y la sangre de mi cráneo, además de mis zapatos, y comencé a vestirme con premura inquieta. Por suerte, no llevaba nada de documentación encima, así que tardarían en saber quién era (sería por eso que habían dejado el trabajo a medias)”.7.-
nos trae “El cuento de mi padre”: “- Alteza, pensábamos obtener algo a cambio de la espada, pero no era oro ni fortunas, tales cosas no son nuestras prioridades. Somos humildes herreros, y no queremos más riquezas que las que podemos conseguir con nuestro trabajo – el rey se asombró mucho de lo que decía el herrero, pero no dijo nada en ese momento – Verá, señor, si algo no podemos conseguir con nuestro trabajos es la libertad, no la nuestra porque ya somos libres, sino la de mi pequeña sobrina que es esclava en casa del marqués… Quizás, si nosotros fabricásemos esa rosa que nos pide, usted podría liberarla ¿Sería usted tan bueno su majestad, lo sería?”8.-
ha escrito otro más de esos escritos a que nos tiene acostumbrados a sus lectores habituales titulado “El trap, Dr. Stone y la cerveza artesana”: “Bueno, a lo que iba. Lo de la minihorda —unos treinta—. Están rodeando la verja de su jardín. No es una mala verja: es de acero galvanizado y la base es de hormigón, pero treinta zombis son treinta zombis. A partir de veinte o así ya suenan como un enjambre de abejas drogadas. Como un zumbido grave que a algunos les parecería hasta relajante —algo similar al ruido blanco del interior de un coche mientras va por una autovía a velocidad constante—. Las hordas tochas son otra cosa. La bulla que generan se asemeja a la de los parones entre canción y canción de un festival de música punk. Ese rumor grave te eriza el vello”.Mi contribución es el último capítulo de la Segunda Parte de La Leyenda de Sinardia “El Barón de Nirándomir”: “El Barón, vestido de andrajos sucios y desmayado, estaba sujeto a la pared con grandes cadenas. Estaba muy débil: si no hubieran llegado en ese momento, no tenía el final muy lejos. Mientras el olor fétido y la húmeda suciedad penetraban en sus fosas nasales y su armadura y ropa, Erevin sintió cómo su ira aumentaba por la traición. Danliada lo había seguido aunque se mantuvo a distancia, mientras él cortaba como podía las cadenas. El cuerpo del Barón cayó al suelo pesadamente: Erevin lo cogió con cuidado y lo sacó fuera al pasillo. Estaba también sucio, pero mucho menos que la celda en la que le habían tenido”.
En cuanto a enlaces de no ficción pero que nos pueden ayudar, esta semana voy a enlazar este de
: “Te voy a enseñar mi Enfoque de 3 Pasos para siempre tener ideas de contenido y te compartiré ejemplos reales de mi propio trabajo”. Altamente recomendable: si escribes, debes apuntarlo en favoritos de tu navegador porque puede ayudarte mucho…Terminamos con un poco de humor:
Hasta la semana que viene…
Buy me a coffee. ☕️
Muy agradecido Mercedes. Me encantan estos espacios, además, para conocer a otros escritores
Siempre agradecido, Mercedes. 🤗