"Convocatoria juevera" y "Las palabras de los viernes": Las cuevas del acantilado
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Para esta convocatoria juevera, que me tocaba a mí hacer, lo uní con Las Palabras de los viernes: elegí la palabra “playa”. Como llevo bastante sin escribir nada sobre la historia de Sinardia, decidí que iba a seguir con los alrededores de Miquanien, la fortaleza en la que tenían preso al barón de Nirándomir.
Lo que vais a leer, sucedió alrededor de 500 años antes antes de los hechos que estamos narrando en Sinardia I y II…
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Estaba amaneciendo. La noche había sido clara, con continuas nubes obstruyendo la luz de las lunas. Las olas incansablemente bañaban la arena de la playa y penetraban en las cuevas del acantilado situado al final de la playa.
Entre la niebla del amanecer, de repente se vio un barco con grandes velas blancas salir cerca de la playa. Entre las sombras, tres hombres bajaron. Casi no hicieron ruido y enseguida llegaron a la orilla.
Corrieron por la playa hasta las cuevas y entraron en ellas cuando aún el primer sol, Dortian (“el que quita la oscuridad”), no habría salido aún. Las cuevas estaban aún oscuras, pero los hombres tenían un objetivo concreto: tenían que encontrar un lugar donde esconder aquel paquete.
Al final, pudieron esconderlo y salieron de la cueva. Pero había sido acordando que nadie podía saber el lugar exacto. Así que el mago que iba en el barco se concentró y entró en sus cabezas: su recuerdo de la cueva había sido borrado y ahora los tres habían sido puestos en una situación entre la vida y la muerte, una suerte de trance que les impedirá acordarse de aquel viaje.
El barco se alejó después de recogerlos.
A lo lejos, alguien, desde la fortaleza de Miquanien, había visto al barco acercarse, pero no supo nada más. En cualquier caso, apuntó en el libro de los vigías “día 21 del mes lluvioso del año 3DU: barco desconocido se acercó a la playa al amanecer”.
Siglos después, todos los archivos de Miquanien se mandaron al Monasterio de Os, una vez que el castillo quedó abandonado tras la boda del rey Firionen I1 con la duquesa Diamada de Anirándina, heredera del castillo y de abundante territorio alrededor del Golfo de Esdáloren. En el año actual, esto es, el 535 DU, el hermano archivero leyó aquella nota y se levantó para ir a hablar con el Abad. Era necesario que se supiera por qué el barco se había parado precisamente allí. Por aquel lugar pasaban muchos barcos: ¿por qué había anotado precisamente lo que había hecho este en concreto?
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Publicado originalmente en Wordpress.
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El Rey Firionen I es el abuelo de Rainigen II el “unificador”, que fue el primero que reinó sobre todo el territorio, aunque aún no se llamó emperador. Esto último no tuvo lugar hasta hace 273 años cuando el rey Gironliano IV, tras ganar la guerra contra Esmedriania, se proclamó emperador.